—¡ Yo odio a los comunistas, a los negros, a los judíos y a los maricas! Tronó Julio mientras, acodado en la barra del boliche miraba desafiante al resto de los parroquianos. Para que no quedaran dudas acerca de su pensamiento, agregó enfáticamente: —¡ y las mujeres que se dejen de joder con marchas de …
